Malditas criaturas…

Hoy voy aceptar que si me siento un poco cansado. No es de que yo sea la perfección en predicar el valor de la responsabilidad, pero creo que cuando tienes un trabajo, te beneficias porque alguien te esta dando la oportunidad de ganar un dinero por ello, en algunos casos, te dan prestaciones o apoyos para tus vacaciones, fin de año, hasta cuando te casas! Salud, coche, financiamientos, protección legal, etc etc. Desde otra óptica los beneficios pueden constituirse también como una manera de aprender (quien no ha aprendido algo en un trabajo), es decir experiencia y ya ni hablemos que a lo mejor conociste ahí al amor de tu vida o grandes amigos, o hasta llegar al nivel más alto que todo ser humano desearía, la autorrealización por desarrollar algo que te gusta… en fin muchas cosas positivas que a mi gusto se dan… pero claro, no faltar nunca la CRIATURA, ya que no llega al nivel de SER, que al principio para obtener esa gran oportunidad que he señalado, o sea, trabajo, es capaz de invitar a quien le brindará esa oportunidad y hasta gastar de su bolsa para quedar bien, o que en la entrevista es una super-persona, ya que su experiencia le ha servido para solucionar muchísimos problemas en su anterior trabajo e incluso los del mundo, casi casi cura el cáncer o la lepra o el problema del agua a nivel mundial, o que jura lealtad eterna y daría la vida por la Institución u organización que lo contratara… una serie de argumentos exagerados con tal de obtener el puesto. Pero estando dentro que tal, los primeros meses es todo un monaguillo obediente y leal, servicial y con manifiesta preocupación sobre los proyectos y resultados institucionales. Sin embargo, conforme pasa el tiempo, comienza a buscar a los de su naturaleza, a aquel empleado(a) que siempre ha sido conflictivo y apático a los problemas del trabajo, que la Institución a tratado siempre de expulsar pero que el poder de los sindicatos o rigidez de las normas laborales lo han impedido. Diariamente y cual vil reloj suizo, registran (checan) su entrada un minuto antes del limite establecido, eso sin decir que trataran de persuadir a sus demás compañeros para que traten de checar por él, para lo cual la empresa destinará un control que evite ello. Después, indiscutiblemente destinan 1 hr para saludar a todo mundo y preparase café o simplemente comentar con el de a lado las principales noticias (amarillistas por lo regular) que se hayan suscitado en el mundo de la farándula o la política barata. De ahí, trataran mientras van al baño, temas en materia de chismes, maldiciones en contra de alguna nueva política institucional o de plano, lo mismo de siempre y chin! Ya se fue medio día. Claro, esta de más señalar que la Institución tiene compromisos y metas en el limite de las fechas de entrega o de cumplimiento, así como toneladas de pendientes ahí esperando a ser desahogados. Para los horarios de comida o salida eso si, hay que respetarle sus horarios establecidos para ello, cuando el trabajo amerita que se disponga de ese tiempo, UYYYY!!! resulta una ofensa si quiera el pensar decirle: “Maricela, necesitamos enviar esto a más tardar hoy, lo concluimos y después te reponemos las horas que te quedes, te parece?”, omito poner lo que contestan porque es obvio. O que tal cuando a la hora de la salida, ni un maldito minuto más! Ya no les ves ni la sombra. En su diccionario mental alguien de pronto les borro el concepto de la Lealtad, ellos mismos, los que juraban morir en la raya por su institución, resultan ser los magos del escurrimiento, son los primeros en juzgar y criticar a sus directivos (inclusive si uno de ellos fue el que le dio la oportunidad de entrar ahí), no dudaran ni un minuto en quedar bien con un nuevo jefe, sin importar echarle mierda a su anterior jefe, aunque este último haya sido hasta su amigo.

Desconozco la existencia de estudios especializados que permitan saber cuanto daño provocan este tipo de personas a las organizaciones, pero creo que deben ser cuantiosos los costos que ello provoca.

En fin, es lamentable conocer y peor aún ser una de estas abominables criaturas. En mi poca experiencia profesional, me he dado cuenta de ciertos rasgos que pudieran ayudar a identificar a una de estas criaturas, o bien darnos cuenta si somos una de ellas:

- Al trabajo lo ven como un medio para obtener un ingreso.
- Por regla general, a los jefes los ven como explotadores y verdugos.
- Creen estar seguros de merecer un mejor puesto, pero según ellos no se los dan porque sus superiores les tienen mala estima.
- Siempre sienten que tienen mucho trabajo y que su compañero no hace nada, sintiéndose con el derecho de no hacer nada también.
- A lo hora que se solicitan voluntarios para encabezar o participar en cierto proyecto, nunca levantan la mano.
- Si existe un proyecto innovador en la institución, son los primeros detractores de dicho proyecto prediciendo su fracaso.
- Critican pero no proponen.
- Exigen pero no dan.
- Dan buena cara cuando piensan solicitar algo al jefe, pero cuando no, hasta lo ofenden.
- Se arrinconan entre ellos para hablar de alguien en silencio.
- No cooperan para comprar un pastel a algún cumpleañero, pero si se dan sus atascotes con el pastel.
- Si alguien falla en algo, se burlan incansablemente.
- Les da gusto que los demás se equivoquen.
- No orientan a los de nuevo ingreso y los tratan como tontos.
- Si el jefe no esta, hacen lo mismo de siempre pero sin disimulos.
- Mienten sistemáticamente para evadir responsabilidades.
- Si hay metas incumplidas, todos tienen la culpa menos él (ella).
- Utilizan el “yo”, casi nunca emplean el “nosotros”
- Buscan la forma de no hacer sus propias tareas.

En fin, son muchas más cosas que nos permitirías darnos cuenta de la existencia de estas criaturas. No niego que parte del problema se debe a la falta de liderazgo o a la ausencia de técnicas y métodos especializados para hacer más productiva a la organización, sin embargo creo firmemente que esta clase de personas ya vienen así desde su infancia y que es muy difícil cambiar toda su cultura con unos simples cursitos o platicándoles bonito o predicándoles con el ejemplo, no sé, hoy no sé como hacerle, convivo con algunos de ellos todos los días y hoy me siento cansado de remar contra corriente, será que hoy ganaron la batalla, pero espero no la guerra…